El local de la vida es un sitio realmente acogedor. Sus paredes alternan preciosos tonos naranja y violeta; su iluminación sumerge al visitante en una auténtica atmósfera de placidez y comodidad. La guinda del local, el chill-out, presenta una estética deliciosa alternando la máxima comodidad con un línea modernista que le da carácter propio.
Pero hay una zona del local inexplorada, inhóspita, donde no llega la luz, la ventilación... donde la ponzoña pone sus propias reglas. Es la escombrera del otro lado del chill-out, donde toneladas de basura se agolpan en un puñado de metros cuadrados esperando un destino mejor. Aquí tenemos una imagen de esta zona tal y como estaba al poco tiempo de tener el local:
A continuación unas imágenes tomadas ayer mismo:
Pie de foto 2: estos dos individuos se afanan en conseguir algo útil entre toneladas de ponzoña
Solo los más valientes han osado entrar en estas recónditas tierras. Algunos cuentan que hay monstruos mitológicos, que más o menos tendrían este aspecto:
La única zona que está medio habitable es la más cercana a la puerta, donde tiene el banco de trabajo de bricorietos el majer:
Ya hemos comentado que allí no hay ningún tipo de servicio: ni ventilación, ni agua, ni electricidad... si alguien quiere entrar tiene que buscarse la vida para tener luz:
La mismísima gitana robotana pide que demos a esta zona del local alguna utilidad y dejemos de acumular mierda, que sino al final va a tener que lamer los fondos de los containers tal y como muestra esta imagen tomada esta mañana:
Grande la encuesta y grande la entrada!!!Menos mal que está el Santomaher para darle vidilla a este blog, si es que... habrá que ponerse las pilitas
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