¿Quién no se acuerda de la borrachera del co-policia-co en el Plata? ¿y de la papona del cumple de Pili y Bea con parte proporcional de inconsciencia en Plaza España? ¿Y la de Sala Garage el año pasado con cánticos y vítores hasta la puerta de casa? Son jaranas ya míticas que recordaremos por siempre.
Pues bien, el finde pasado en Hospitalet, sucedió de nuevo: una jarana sin precedentes y diferente a cualquier otra, que bien merece un post-turístico a modo de crónica contada minuto a minuto.
"La siguiente historia tiene lugar entre las 13:00 y las 20:00 h del viernes 28 de agosto. Los hechos ocurren en tiempo real"
Empezamos el día degustando un desayuno a modo de "pastelito", para sin más dilación ir a la playa. Así de sobrios nos veíamos en este repóker de hamacas:

El tiempo iba pasando y las risas poco a poco iban
incresccendo. Se supone que el "
pastelito" deja de tener efecto con alcohol o coca-cola, pero claro el sol pegaba que fundía, y poco a poco la lógica alcohólica se abría paso:

en esta imagen se observa que a las 4 de la tarde ya había olivillas y cervezas en danza. El calor sigue apretando y la sombrilla acaba insertada en la misma orilla:

Una hora después, el jaraneo se va animando. De las cervezas se brinca al peché tras la petición de Laura (
de ahora en adelante, senadora del peché). La botella de peché vuela en cuestión de 5 minutos a base de rondas de chupitos consecutivas dentro del agua, vaso de plástico en ristre, consiguiendo un record guiness de alcoholismo:

A partir de ese momento, ya no teníamos fin. Si no tenías una cerveza en la mano, tenías un fito, y si no, un chupito de Limonchelo porque nos fundimos otra botella en otros 5 minutos... y todo dentro del agua, sin salir ni a respirar!!! La crujanga era ya de campeonato:

La sombrilla pa dentro:

La gente flipaba con nosotros. Desde la arena se nos oía mogollón, dimos un espectáculo digno del circo romano. Pero nosotros a lo nuestro, reventando:

claro, estuvimos tanto rato en el agua y sin parar de beber que debimos mear unas MIL veces. Entre las 6 y las 7 de la tarde llegamos a la voladura total, tal y como muestra esta imagen:

Por un lado, una botella de champán que nos pimplamos en un santiamén, y por otro la sesión de bañadores al viento (
algunos como Gerardo, Vela y Majer de cárcel, enseñando hasta el código de barras). Tras 3-4 horas de jaraneo en el mar, recogimos los pingos y la montaña de escombros generada:

De vuelta a casaGery, últimos coletazos del jaraneo en la piscina, con alto peligro por la presencia de niños:

Después de todo este reventón, hubo comida-merienda-cena y los cadáveres fueron apilandose, todos ellos con la sonrisilla que se te pone en la cara al saber que lo has dado todo en una de las mejores jaranas de tu vida.
SENADORESSS !!!!!